miércoles, enero 23

Vivimos una sociedad moderna sin precedentes culturales, a que me refiero con esto, sencillamente después de la teoría de la relatividad, “algo” destruyó la armonía de la naturaleza humana. La sociedad a lo largo de la historia regresa a sus raíces buscando la tan codiciada “identidad”, y quizá la utopía sea un espejismo lleno de fantasmas y muertos.

Las ciudades modernas, cada día se convierten en un espectáculo de acero y cemento, cuyos límites se han vuelto infinitos. No entraremos en la polémica del calentamiento global; pero el ser humano, mientras nos dirigimos al espacio vamos perdiendo nuestra relación horizontal. Hay un concepto que me gusta recalcar cuando hablo de la globalización, la Aldea Global. Pero de eso se ha mencionado mucho y a donde me dirijo es a otro punto común resultado de eso.

No es nuevo hablar acerca del asesino en serie y quiero sustraer un poco de esos estudios psicológicos para llegar a la razón del Sicario, (asesino a sueldo del Narco). En qué momento el pudor de matar es una misión y deseo. Misión obviamente pagada con dinero o chantajes personales, y deseo porque a diferencia de la milicia, hay un cierto grado de satisfacción en el modus vivendi.

El Sicario se ha convertido en un antihéroe, un personaje vivo lleno de mitos y sobre todo dependiente al Narco. Un humano sin crisis y sin remordimientos, con un concepto del bien y el mal, fuera de los esquemas de la sociedad común. Su lucha va por encima de una guerra por petróleo del otro lado del mundo o una batalla por la “libertad”. Y su conciencia bajo ordenes del Patrón son implacables y a obedecer a costa de su propia vida.

¿Y cómo un ser humano, puede llegar a convertirse en un personaje de sangre fría?, ¿James Bond latinoamericano, sin martinis y sin salvar al mundo?, ¿Hay un determinismo social o nacemos con la necesidad de matar?.

Cuídense.. después le seguimos..

1 comentarios:

Gaby dijo...

wow.. que buen post... espero con ansia la continuación...

saludos!